lunes, 10 de agosto de 2015

Una aseguradora deberá indemnizar a un coleccionista de arte desvalijado

La compañía de seguros ha movido todas las fichas posibles para no tener que abonar la indemnización a un asegurado residente en una urbanización de Mutxamel, a quien los ladrones desvalijaron la finca de obras de arte, relojes y costosos dispositivos informáticos para el diseño de un videojuego. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Alicante ha ratificado la sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número de San Vicente del Raspeig que daba la razón al demandante.

Casi 4 años de batalla judicial, acusaciones y una grave enfermedad
El asegurado optó por llevar a juicio a la compañía después de que se negase a abonar casi 500.000 euros correspondientes a una póliza firmada en junio de 2011. Cinco meses después, el hombre sufrió un robo en la vivienda en la que atesoraba cuadros y esculturas, entre otros bienes de especial valor, además de sufrir desperfectos en la casa de Bonalba.
Un perito designado por la aseguradora cifró los perjuicios en casi medio millón de euros, algo que no les debió gustar, ya que encargaron un segundo informe que fijaría, en el caso de tener que pagar, una indemnización de poco más de 100.000 euros. De ahí que la víctima del robo, defendida por el letrado Carlos Manuel Frigola Espinosa, demandase a la compañía en julio del año 2012.
Por su parte, la aseguradora se mantuvo fuerte en su posición. Según la juez, se opuso a la demanda, «poniendo en tela de juicio la propia existencia del robo en la vivienda, así como la preexistencia de los objetos denunciados como sustraídos», como señala en la sentencia la a que ha tenido acceso este diario. Pero no solo eso, pues por la demandada «parece cuestionarse la labor policial, queriendo hacer ver una posible relación, posiblemente de amistad» con el desvalijado.
Nada de eso ha quedado acreditado, ni tan siquiera con la contratación de un detective privado para que indagase en los posibles trapos sucios de la Benemérita con el perjudicado. De hecho, la juez ponente del fallo sostiene que «frente a la objetividad e imparcialidad de la Guardia Civil (...), se encuentra la subjetividad y parcialidad del detective privado», dirigido para elaborar su informe por la compañía.
Es más, la juzgadora señala que la firma ni tan siquiera llamó a declarar a los agentes que intervinieron de las pesquisas para aclarar este extremo.
Una de las principales bazas de la compañía en el juicio fue la de negar la existencia de los objetos robados. Pese a ello, como le recuerda la juez a la aseguradora Mapfre, cuando se formalizó la póliza «no efectuó una valoración pericial exhaustiva del contenido», por lo que «ahora no puede exigirle al asegurado una acreditación documental de los objetos». Pese a ello, el hombre aporta fotografías y todas las facturas posibles de los artículos e, incluso, una amiga suya experta en arte le valoró las obras de arte.
El tribunal de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial hace suyas las palabras de la juez de San Vicente al desestimar uno a uno los argumentos de la aseguradora en su recurso de apelación. El demandante «acredita, dentro de sus posibilidades, que el robo se produjo sin que, por el contrario, conste la existencia de simulación». Un delito por el que Mapfre ha denunciado al cliente, pese a que los juzgados le han ido dando carpetazo a esta cuestión.
Además, el tribunal provincial sostiene que la compañía «era plenamente conocedora» de la preexistencia de los objetos que se hicieron constar en la póliza. Así las cosas, los magistrados, como ya hiciera la juez, reprochan a la aseguradora «una falta de previsión total», pues permitió que el contrato se suscribiera sin encargar valoración alguna de lo que iba a asegurar.

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