viernes, 26 de junio de 2015

Detective privado: la profesión de moda

Al hablar de detectives privados en la memoria de todos están personajes famosos como Sherlock Holmes o Hércules Poirot, entre otros muchos, que con sus investigaciones han conseguido resolver casos importantes. Esta labor hoy en día la continúan haciendo los detectives privados, cuya profesión está de plena actualidad por su contribución a sacar a la luz casos de corrupción o diferentes escándalos en el país o participar con su investigación en la detección de posibles casos de fraudes. Una profesión que, sobre todo, a raíz de su aparición en los diversos medios de comunicación, está despertando más interés entre muchas personas que están pensando en convertirse en detectives privados. [Ver cursos de Detective privado]

En la actualidad, en España hay alrededor de 1500 detectives privados en activo. Pero, ¿realmente es una actividad tan apasionante? La respuesta es afirmativa, aunque el desarrollo de esta profesión poco tiene que ver con esos personajes de películas y de series de televisión, según explica un portavoz de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE). Además, en ocasiones, se tiende a confundir su labor porque se piensa que “se espía”, cuando “un detective no espía, sino que investiga y no se hace nada que esté fuera de la ley”, aclaran desde la APDPE.

Esta profesión es muy diferente a otras porque cada día es distinto y la actividad del profesional puede variar en función del caso que investigue, lo que conlleva que haya que hacer la investigación de una persona de día e, incluso, de noche para conocer su actividad y movimientos pero con mucho cuidado para no ser descubiertos; seguir pistas dentro de la investigación que conducen a otra ciudad o país o analizar discos duros de ordenadores para lo que, a veces, se puede requerir la colaboración de otros profesionales…. La hora a la que se comienza a trabajar sí se conoce, pero no siempre se saber cuándo va a acabar el día.

En su labor son claves las nuevas tecnologíaspara, por ejemplo, tomar fotos como prueba de un hecho o bien grabar un vídeo o los equipos de comunicaciones o dispositivos de audio, entre otras, aunque los aparatos que se emplean tampoco son tan sofisticados como en las películas, si bien se utilizan para trabajar más instrumentos que la típica lupa de los detectives privados de ficción más famosos. No obstante, también hay una parte del trabajo que se realiza en la oficina para atender a los clientes. [Ver cursos de Fotografía]

Y, aunque cada caso es diferente, sí se puede hablar de unas funciones del detective privado comunes a toda investigación que realiza como la obtención y aportación de información y pruebas sobre conductas y hechos privados en el ámbito económico laboral, familiar, mercantil o social entre otros; investigar delitos perseguibles por instancia de parte o por encargo de personas legitimadas o vigilar en ferias, hoteles, exposiciones… en grandes superficies comerciales y en locales públicos de gran afluencia.

Unas actividades en las que existen algunos límites que el detective privado no puede sobrepasar como llevar a cabo investigaciones sobre delitos perseguibles de oficio -teniendo que denunciar ante la autoridad competente los hechos- ni utilizar para sus investigaciones medios personales o técnicos que atenten contra el derecho al honor, la intimidad personal o familiar, la propia imagen o el secreto de las comunicaciones.

¿Qué hay que estudiar?
Un día a día un tanto imprevisto y que es una de las facetas menos conocidas de la profesión, así como la formación que se precisa para ejercerla. Para ser detective privado se deben cursar estudios universitarios en centros que están autorizados por la Unidad Central de Seguridad Privada, que está habilitada en el Ministerio del Interior, a los que se accede si se tiene el título de Bachiller, de Técnico Superior u otros estudios equivalentes a efectos profesionales. Y, además, es conveniente tener una serie de aptitudes como habilidades básicas de observación y pesquisa, estabilidad de ánimo y mente despierta, capacidad de adaptación y resistencia física, entre otros, siendo igualmente recomendable saber idiomas y tener conocimientos técnicos.

Normalmente optan por este tipo de estudios los profesionales de investigación privada, funcionarios o aspirantes a funcionarios de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, instituciones penitenciarias, empresarios y directivos de empresas de seguridad o personal de compañías de seguros o de industrias, aunque también los cursan personas que no tienen ninguna relación con estos campos y que directamente eligen ser detectives privados como profesión porque ven en ella una práctica apasionante que eligen porque existen salidas profesionales reales.

Los centros en los que se pueden cursar estos estudios son limitados y es importante que la persona que quiera ser detective privado se cerciore de que la universidad o centro de estudios está reconocido por el Ministerio del Interior, ya que en caso contrario no se podrá obtener la tarjeta de identificación profesional (TIP) que habilita para el ejercicio de la profesión.

Dentro de las opciones que hay en España para estudiar esta formación se encuentrael Instituto de Seguridad Privada Cenproex, que los imparte con la Universidad de Extremadura; el Centro Español de Nuevas Profesionesque expide título de la Universidad Camilo José Cela; Avizor-Centro Superior de Formación; Prosulting; Universidad Complutense de Madrid; Universidad de Alicante; Universidad Rey Juan Carlos; Universidad San Pablo CEU Madrid; Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona; Universidad de Salamanca; Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid; Universidad del País Vasco; Universidad de Barcelona; Universidad de Valencia; Universidad de Almería; Universidad de GranadaUniversidad Nacional a Distancia (UNED); Universidad de Murcia y la Universidad de Málaga.

La formación, habitualmente, consta de “tres años lectivos de nueve meses de duración”, según explica Francisco Moreno, director comercial del Instituto de Seguridad Privada Cenproex. Durante este período, los futuros detectives privados cursan diferentes asignaturas a través de las que se adquieren conocimientos de derecho, sociología criminal, medicina legal o legislación, entre otros temas.

Por ejemplo, en el primer año de estudios, el programa incluye derecho penal, estadística criminal, deontología profesional, medicina legal, psicología criminal, sociología criminal u organización y modelo policial, entre otras asignaturas. Por su parte, en el segundo curso se estudian materias como psiquiatría forense, penología, delincuencia y responsabilidad forense, aparte de ahondar en medicina legal y criminología.

Finalmente, en el tercer curso, los contenidos formativos comprenden técnicas de investigación policial, química criminalística e investigación de incendios, documentos, fotografía, imagen y sonido, derecho administrativo, derecho laboral, derecho civil, derecho mercantil o derecho constitucional, entre otras materias.

No obstante, en algunos casos puede haber variaciones entre las asignaturas, algunas de las cuales se permite convalidarlas si se han estudiado titulaciones relacionadas como es el caso de Derecho, Psicología, Ciencias del Trabajo, Enfermería, Medicina, Sociología, Empresariales, Relaciones Laborales, Graduado Social, Fisioterapia o Gestión y Administración Pública, entre otras, no siendo necesario tener que cursar todas las materias.

Además, los estudiantes realizan prácticas con la Policía Nacional o en Departamentos de Criminología de unas 100 horas de duración por cada año, en las que se tiene un contacto directo con el día a día de la profesión y se trabaja con diferentes aparatos para ver “huellas dactilares o para realizar transmisiones”, añade Francisco Moreno, de Cenproex.

Es habitual, igualmente, que dentro de los estudios se tengan que realizar trabajos de investigación para profundizar en algunos aspectos que estén relacionados con las materias que se imparten durante el curso, siempre tutelados para que el futuro detective privado pueda establecer la estructura de trabajo.

El coste de estos estudios, oscila según el centro en el que se estudie, pero en general suelen ser más económicos que otros títulos universitarios. Por ejemplo, el primer año puede costar en torno a los 1.200 euros, cantidad que también se abona para el segundo año, mientras que para el tercer curso académico el precio puede rondar los 1.700 euros aproximadamente.

Posteriormente, la formación puede continuar una vez obtenido el título y se está en ejercicio a través de seminarios o cursos especializados sobre diferentes materias como crimen organizado, grafología o prevención de riesgos financieros, entre otros. Pero esto no es estrictamente necesario, aunque la formación continua siempre es recomendable como en otras profesiones.

Tras obtener el título, ya se puede solicitar la TIP a la que se tiene acceso directamente tras aprobar los estudios, aunque es fundamental que se solicite y que el detective privado la posea para ejercer, teniendo que renovarla periódicamente. Hay que tener en cuenta que siempre hay que llevarla consigo porque debe presentarla cuando le sea requerida.

Pero para obtener esta licencia, aparte de haber superado los cursos, es preciso cumplir otra serie de requisitos como ser mayor de edad; tener nacionalidad de alguno de los Estados miembro de la Unión Europea o de un estado del Espacio Económico Europeo; tener las aptitudes físicas y la capacidad psíquica necesaria para ejercer las funciones de detective privado; no tener antecedentes penales y no haber sido condenado por intromisión ilegítima en el ámbito de la protección del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y la propia imagen y de otros derechos fundamentales en los cinco años anteriores a la solicitud.

Y, aún hay más requisitos, como no haber sido sancionado en los dos o cuatro años anteriores por infracción grave o muy grave en materia de seguridad y no haber sido tampoco separado del servicio en las Fuerzas Armadas o en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, entre otros.

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